Nuestro comportamiento irá de acuerdo con nuestras expectativas; eso hace más probable el fracaso que, a su vez, reforzará nuestro enfoque negativo y destructivo: estaremos en un círculo vicioso que se puede convertir en una espiral de autodestrucción.
El primer paso consiste en escucharme interiormente. Pensar bien cuán real es la idea que tengo de una situación y construir así un criterio apropiado.
Muchos de nosotros hemos aprendido desde pequeños a no tomar en consideración los éxitos y a magnificar los fracasos. Cuando logramos algo, disminuimos su valor; y cuando fallamos nos castigamos.
Podemos evitar ver las cosas en blanco y negro, sin espacio para matices. Un color puede ser distinto bajo condiciones diferentes, cambiando la manera sobre cómo lo percibimos. Si no hago esto creeré que soy perfecto o que estoy totalmente equivocado.
No esperemos que todo mejore de un día a otro. Para casi todas las personas, fomentar la confianza en sí mismas es un proceso que dura toda la vida. Fijémonos metas realistas y valoremos los pequeños cambios que logremos hacer en el trayecto.
Confía en ti.
Gracias por tu tiempo y tu atención.