martes, 7 de agosto de 2018

A mis seguidores en Twitter

Siempre 💟


Las redes sociales me sirvieron para probar perfiles personales en Facebook y Twitter, y para comprobar finalmente que iba a conseguir bien poco utilizando mi nombre personal. Necesito un cambio que incluya el porqué de los lazos establecidos y que permita salir de la repetición, para encontrar nuevas formas de relación, conmigo mismo y con los demás. 


Porque los motivos iniciales para ambas plataformas fueron muy distintos a los que puedas imaginar: Facebook coincide con el tiempo que estuve al cuidado de mi padre (cáncer de páncreas), y Twitter justo antes de tener que cuidar a mi hermano mayor (cáncer de pulmón-riñón-huesos). No quería quedarme aislado del mundo por completo.

Quise seguir en Twitter tras ello y a continuación me empapé de marketing. Muchos seguidores nuevos. Pasó el tiempo, conocí a una mujer de Granada y me enseñó que éste no es un buen sitio para enamorarse, lo cual me evitó mucho sufrimiento, afortunadamente.

Creo que durante estos últimos ocho años me limité a esperar una vida más estable, más dulce. Más egoísta. Una vida mía, sí... Una vida así está llena de ventajas. No hace falta pensar, ni tomar ninguna iniciativa, sólo dejarse llevar y pasar el tiempo, es una vida pasiva. Y comencé a compartir mis gustos en arte, en una búsqueda repetitiva de la belleza.


En mi etapa final con Twitter acabé compartiendo arte y mis proyectos con mucha gente. Conocí a personas únicas, inigualables, mucho mejores que yo, con las que me hubiera gustado quedarme a vivir dentro de su corazón. Sin embargo, cuando se ganan amigos también llegan los enemigos.
«La ambición irrefrenable arrasa todo lo que hay a su alrededor y atrae la tragedia.»
-Sun Tzu (El arte de la guerra)
Así como la rivalidad conduce a la confrontación y la agresividad. Me niego a entrar en competiciones de machos alfa peleando por el liderazgo. Esta red social es muy peculiar, incluso se atreven a decirte lo que tienes que hacer, cómo debes tuitear y cómo pensar.

Tras mi retirada para atender mis estudios este año, pude comprobar cómo reaparecieron personas que habían desaparecido por mi culpa. No tengo otra explicación, y les pido mil perdones por haberlas molestado con mi comportamiento. Me ayudaron mucho para salir adelante en su momento.



Todo el mundo sabe que la felicidad no existe, pero aún así hay que montárselo como sea para ser feliz. El poder de las palabras (junto a otras circunstancias personales y ciertas malas artes que descubrí) me condujo a la desconfianza y a dejar de divertirme en Twitter. Quizás el dolor sea esto, una forma permanente de desarraigo con lo inmediato.

Seguir buscando la belleza. Esa es la única protesta por la que merece la pena luchar en este asqueroso mundo, maravilloso y cruel. Debo retomar el camino en la vida, libre de la exigencia cuantitativa de la «valoración» y la «evaluación», y poder así abrirme a otras posibilidades.

De nada sirve una cuenta en Twitter si no publicas tus tuis, retuiteas e interactúas con tus seguidores. Se trata de una red profesionalizada con cada vez más entidades, empresas y administraciones presentes. Piensa, define tu estrategia y elige la red social que es mejor para tu idea, proyecto, negocio o propósito.



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